Luego de casi un año de no escribir en mi blog personal, hoy lo retomo, dando fe de que en la vida hay que desafiarse a uno mismo y rebelarse ante situaciones que te causan insatisfacción, pues estoy segura que fui creada para la grandeza y no para la mediocridad.
Zona de Confort... un concepto de moda en este siglo, sin embargo cada día aumenta la cifra de personas desempleadas, frustradas, insatisfechas e incluso con padecimientos físicos que atentan contra su salud, todo ello a causa de permanecer dentro de lo conocido, de no lanzarse a experimentar el aprendizaje y el crecimiento que los espera fuera de esa zona de seguridad en la que se encuentran. Los riesgos son justos y necesarios para nuestro crecimiento, pues nos ayudan a desarrollar nuestra mejores habilidades y aptitudes, algo que se atrofiaría dentro de esa zona segura o ya conocida en la que permanecemos.
Alguna vez has escuchado comentarios como: lo que gano no es suficiente para cubrir mis compromisos, estoy cansado/a de la rutina, quiero viajar y conocer diferentes lugares pero el dinero no me alcanza, no me gusta lo que hago para ganarme la vida, y muchas otras expresiones de insatisfacción que de seguro provienen de personas que tienen muy buenas ideas pero que el temor las paraliza y no les permite explotar su máximo potencial. Si existe una necesidad, estas personas deben estar dispuestas a invertir en trasformar su vida, a tomar las riendas de ésta y pulir sus fortalezas para lograr lo que realmente desean, ya que nada extraordinario ocurre cuando no tomamos riesgos, y quien acepta ese reto, no suele arrepentirse.
Te cuento que hace 6 meses tomé la decisión de renunciar a un trabajo que aunque bonito, por el hecho de poder servir a los que más necesitan, había una serie de circunstancias que me hacían sentir impotente e insatisfecha como persona y profesional, situaciones que quizás estaban fuera de mi control, pero que solo yo tenía la decisión de tolerar o tomar el riesgo de lanzarme a lo desconocido, y sí, así fue, dejé una supuesta estabilidad laboral de casi 9 años, por experimentar otro escenario, totalmente diferente al que ya conocía, incluso a ojos cerrados y podría jurar que volvería a tomar la misma decisión si tuviese que hacerlo, porque considero que tienes una vocación porque estás vivo, entonces ¿Qué hacía permaneciendo en un lugar que me sentía muerta?, tengo una vocación porque soy hija de Dios, tengo una vocación porque estoy en esta tierra con un propósito divino, el cual consiste en elevarme al nivel de mi posibilidad creativa más alta, expresando todo lo que soy a nivel intelectual, emocional, psicológico y físico, para hacer que el universo sea un lugar más bello, y tú también tienes ese propósito, pero para lograr realizarlo entendí que un empleo es un intercambio orgánico de energía en el que hacemos una tarea material, y alguien nos da dinero a cambio. Sin embargo, una vocación es un campo orgánico de energía que surge de los aspectos más profundos de tu ser. Logrado esto, tu vida entera se convierte en tu sacerdocio, una manera de servir a Dios y al mundo. El Universo conspirará con aquello con lo que te sientas identificado, con aquella frecuencia que emites, con aquello que vive en tu interior, y así fue como logré transformar una realidad, tomando una decisión y creyendo que lo mejor siempre está por venir, porque para lo mejor fuimos creados. Te preguntarás qué sucedió con mis compromisos financieros, mi estabilidad económica y la de mi familia, cómo logré superar el miedo a lanzarme a lo desconocido y empezar de la nada en otro trabajo (al cual hoy día no le llamo así, le llamo pasión), pues todo se mantuvo siempre ahí, sobre todos los compromisos financieros, pero también sé que si no tomaba la decisión de irme, era mi salud y mi vida a plenitud lo que no iba a permanecer, pues nada justifica poner en riesgo tu salud mental, emocional y física... y pues tomada la decisión, al empezar de nuevo, todo poco a poco ha ido tomando forma y lugar...
Rompe con las Limitaciones Que te Impiden Entregar Tu Propósito y
Vivir Tu Grandeza.