jueves, 4 de junio de 2020

Y tú, ¿cómo vas con la administración de tus talentos?

Todo en el universo tiene un propósito. De hecho, la inteligencia invisible que fluye a través de todo de manera intencionada también fluye a través de ti, por lo tanto sino cumples tu propósito en la vida, habrás desaprovechado tu existencia. Todos fuimos creados con una misión de vida, tienes la responsabilidad de encontrar cuál es la tuya y tienes el derecho de alcanzar la plenitud a través de ella.

Cuando empecé a trabajar en misión de vida, pensaba que era aquello que se hace de manera gratuita siempre, sin embargo a lo largo de la experiencia comprendí que vender es servir (y viceversa), que mi propósito podía ser monetizado, que ayudar a otros no tiene que ser gratis, y ojo, vaya que he atendido sin costo alguno, pero ese no es el tema en este post, muchas veces no nos sentimos plenos con nuestro propósito debido a que confundimos esto, y eso me lleva a reflexionar sobre la parábola de los talentos... en resumidas cuentas, recuerdas que Dios se enojó con el que le entregó un talento y este por miedo lo guardó para no perderlo y entregó de vuelta ese único talento, sin embargo al que le entregó más talentos y los multiplicó, le dio más... NO QUIERO NI PENSAR QUE MI TALENTO ME SEA ARREBATADO 😱 porque es Dios quien me lo entregó y debo devolvérselo con intereses...


Recuerda, al que tiene (gratitud) se le dará más, y al que no tiene (gratitud), aún lo poco le será arrebatado... y ser agradecido con Dios es multiplicar tus talentos para tu bien y el de la humanidad!!!







jueves, 17 de enero de 2019

Si la vida te presiona hasta el fondo, déjate llevar.

Quizás al leer el título de este post sentiste curiosidad o asombro, te entiendo perfectamente, pero vamos a aclarar lo que el título encierra, y sí, es precisamente eso, dejarte llevar, cuando la vida te presiona hasta el fondo con sus situación difíciles, con vacas flacas, con sus caídas y tropiezos, algunos fuera de tu control, otros por decisiones y acciones poco certeras, pero ¿quién tiene el poder de juzgarte por ello?, nadie, y tampoco lo que haremos aquí.

El ser humano se conduce de manera en que le sea posible evitar el dolor y obtener el placer, eso es lo que hacemos tú y yo a diario, pero qué sucede cuando surgen esas situaciones inesperadas, cuando fallece un familiar cercano muy querido, cuando quedas sin empleo, cuando te accidentaste y tu auto del año fue pérdida total, cuando te diagnostican una enfermedad severa o terminal, ¿qué sucede?, ¿cómo lo afrontas?, ¿estás preparado para ello?, con certeza dirás en estos momentos, ¿quién va a estar preparado para ese tipo de sucesos?, pues claro que no nos preparamos, porque buscamos evitar el dolor, sin embargo hoy te invito a fortalecer tu mente y tu espíritu, a desarrollar la resiliencia, esa capacidad que nos ayuda a sobreponernos ante las adversidades e incluso a salir fortalecidos, sobre eso te habla este post. La resiliencia puede ser aprendida y es precisamente a través de esas situaciones inesperadas que la ejercitamos, tal cual como cuando asistes al gimnasio, empiezas a fortalecer tus músculos, al dejar de ir se debilitan, sin situaciones adversas no ejercitaremos la resiliencia tampoco.
¿Cómo utilizas los sucesos desagradables que te ocurren?, ¿Cómo excusas para victimizarte o como motivos para tomar acciones que te conduzcan a salir de esas situaciones?, la vida no es fácil, pero no por eso pierde su belleza, son precisamente esas situaciones inesperadas las que deben ayudarnos a valorar más, a apreciar  más, a demostrar más, a pensar más, a agradecer más, pues hoy quizás seas más bendecido de lo que pudiste haber sido años atrás.
Me llama poderosamente la atención el libro El Hombre en Busca de Sentido, escrito por Viktor Frankl, sobreviviente del holocausto, en la antigua Alemania nazi, a Frankl le gusta citar a Nietzsche: "Quien tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre el cómo". En el campo de concentración, todas las circunstancias conspiraron para conseguir que los prisioneros perdieran sus motivos. Todas las metas de la vida familiar han sido arrancadas de raíz, lo único que resta es "la última de las libertades humanas", la capacidad de "elegir la actitud personal ante un conjunto de circunstancias" y esa la tenemos todos, pero no así todos hacemos uso de ella conscientemente. Es esta libertad espiritual, lo único que no se nos puede arrebatar, es lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.
El modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, la forma en que carga con su cruz, le da muchas oportunidades, incluso bajo las circunstancias más difíciles, para añadir a su vida un sentido más profundo. Puede conservar su valor, su dignidad, su generosidad. O bien, en la dura lucha por la supervivencia, puede olvidar su dignidad humana y ser poco más que un animal, tal y como nos muestran los hechos ocurridos en aquel entonces en los campos de concentración nazi. Aquí reside la oportunidad que el hombre tiene de aprovechar o de dejar pasar las oportunidades de alcanzar los méritos que una situación difícil puede proporcionarle y decidir si es merecedor de sus sufrimientos, o no lo es.
Dudo que alguien pueda describir cuál que el sentido de la vida, ya que este difiere de un hombre a otro, de un día para otro, de una hora a otra hora. Así pues, lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales, sino el significado concreto de la vida de cada individuo en un momento dado, ¿qué sentido le das a tu vida?, ¿qué es lo que te sostiene en los momentos difíciles?, no te resistas ante estos, más bien déjate llevar hasta el fondo si así sucediere, una vez allí empieza a tomar impulso aferrado a tu por qué y te aseguro que cuando llegue el momento liberador, al lograr llegar a la superficie, encontrarás entonces, el verdadero sentido de tu vida.
Me despido de ti, nuevamente con la frese de Nietzsche: Quien tiene un por qué para vivir, encuentra casi siempre un ¿cómo?

viernes, 27 de julio de 2018

Si algo te duele, préstale atención a tus emociones.

Vamos a ir un paso por delante de nuestro cuerpo, ¿te parece? Aprendamos la lección antes de tener que vivirla en carne propia. Tenemos que aprender a ver el dolor emocional como síntoma, no como consecuencia. 

Louise Hay, uno de los grandes referentes de crecimiento personal, habla de cómo las emociones mal gestionadas se convierten en enfermedades, muchas de ellas muy graves. Si escuchas a tus emociones, si perdonas, si amas, si agradeces, todas tus emociones “enquistadas” desaparecerán. Ella se atreve a defender, por su historia personal, que el cáncer tiene una causa emocional y psicológica, que su base es que no aceptamos alguna situación o incluso que no nos aceptamos a nosotros mismos.

Por esto y porque algunos estudios científicos lo avalan, considero que las emociones son un componente vital que debemos manejar adecuadamente, porque créeme, si no gestionas y escuchas a tus emociones, ellas te gritarán en forma de dolor emocional. Por ejemplo, un estrés que no gestionas adecuadamente, un estrés que no cuidas, puede dejar su marca permanente en tu cuerpo. Hay evidencias científicas entre los problemas emocionales que presentan las personas y su salud física, ¿Cuántas bajas en el trabajo tienen causas emocionales? ¿Cuántas bajas hay por estrés o ansiedad? Si supiéramos cómo trabajar esos problemas emocionales y cómo resolverlos, mejoraría nuestra salud y, por tanto, nuestra vida.

En ocasiones, el dolor que tienes, no tiene ninguna relación con un malestar físico, sino con alguna emoción que te está afectando sin que estés consciente de ello, y con esto no estoy diciéndote que descuides tus controles médicos, sino que siendo consciente de esto, lo mejor es tratar de buscar soluciones oportunas, para evitar daños a nuestra salud.

Piensa bien si lo que estás sintiendo se debe a un tema de salud o es por algo que vienes cargando o arrastrando y libérate para que puedas ser feliz y viajar liviano.

jueves, 26 de julio de 2018

Autosabotaje a tu Autorrealización

Luego de casi un año de no escribir en mi blog personal, hoy lo retomo, dando fe de que en la vida hay que desafiarse a uno mismo y rebelarse ante situaciones que te causan insatisfacción, pues estoy segura que fui creada para la grandeza y no para la mediocridad.

Zona de Confort... un concepto de moda en este siglo, sin embargo cada día aumenta la cifra de personas desempleadas, frustradas, insatisfechas e incluso con padecimientos físicos que atentan contra su salud, todo ello a causa de permanecer dentro de lo conocido, de no lanzarse a experimentar el aprendizaje y el crecimiento que los espera fuera de esa zona de seguridad en la que se encuentran. Los riesgos son justos y necesarios para nuestro crecimiento, pues nos ayudan a desarrollar nuestra mejores habilidades y aptitudes, algo que se atrofiaría dentro de esa zona segura o ya conocida en la que permanecemos.

Alguna vez has escuchado comentarios como: lo que gano no es suficiente para cubrir mis compromisos, estoy cansado/a de la rutina, quiero viajar y conocer diferentes lugares pero el dinero no me alcanza, no me gusta lo que hago para ganarme la vida, y muchas otras expresiones de insatisfacción que de seguro provienen de personas que tienen muy buenas ideas pero que el temor las paraliza y no les permite explotar su máximo potencial. Si existe una necesidad, estas personas deben estar dispuestas a invertir en trasformar su vida, a tomar las riendas de ésta y pulir sus fortalezas para lograr lo que realmente desean, ya que nada extraordinario ocurre cuando no tomamos riesgos, y quien acepta ese reto, no suele arrepentirse.


Te cuento que hace 6 meses tomé la decisión de renunciar a un trabajo que aunque bonito, por el hecho de poder servir a los que más necesitan, había una serie de circunstancias que me hacían sentir impotente e insatisfecha como persona y profesional, situaciones que quizás estaban fuera de mi control, pero que solo yo tenía la decisión de tolerar o tomar el riesgo de lanzarme a lo desconocido, y sí, así fue, dejé una supuesta estabilidad laboral de casi 9 años, por experimentar otro escenario, totalmente diferente al que ya conocía, incluso a ojos cerrados y podría jurar que volvería a tomar la misma decisión si tuviese que hacerlo, porque considero que tienes una vocación porque estás vivo, entonces ¿Qué hacía permaneciendo en un lugar que me sentía muerta?, tengo una vocación porque soy hija de Dios, tengo una vocación porque estoy en esta tierra con un propósito divino, el cual consiste en elevarme al nivel de mi posibilidad creativa más alta, expresando todo lo que soy a nivel intelectual, emocional, psicológico y físico, para hacer que el universo sea un lugar más bello, y tú también tienes ese propósito, pero para lograr realizarlo entendí que un empleo es un intercambio orgánico de energía en el que hacemos una tarea material, y alguien nos da dinero a cambio. Sin embargo, una vocación es un campo orgánico de energía que surge de los aspectos más profundos de tu ser. Logrado esto, tu vida entera se convierte en tu sacerdocio, una manera de servir a Dios y al mundo. El Universo conspirará con aquello con lo que te sientas identificado, con aquella frecuencia que emites, con aquello que vive en tu interior, y así fue como logré transformar una realidad, tomando una decisión y creyendo que lo mejor siempre está por venir, porque para lo mejor fuimos creados. Te preguntarás qué sucedió con mis compromisos financieros, mi estabilidad económica y la de mi familia, cómo logré superar el miedo a lanzarme a lo desconocido y empezar de la nada en otro trabajo (al cual hoy día no le llamo así, le llamo pasión), pues todo se mantuvo siempre ahí, sobre todos los compromisos financieros, pero también sé que si no tomaba la decisión de irme, era mi salud y mi vida a plenitud lo que no iba a permanecer, pues nada justifica poner en riesgo tu salud mental, emocional y física... y pues tomada la decisión, al empezar de nuevo, todo poco a poco ha ido tomando forma y lugar... 

Rompe con las Limitaciones Que te Impiden Entregar Tu Propósito y Vivir Tu Grandeza.

lunes, 28 de agosto de 2017

Resuélvase a ser decisivo

La decisión es una navaja afilada que corta suavemente. La Indecisión es una que corta a tajos y deja bordes desgarrados tras de sí.



Hace algún tiempo, la premiada cantante Gloria Estefan, hizo una declaración brillante en una de sus canciones: "Sellamos nuestro destino con las decisiones que tomamos". Nuestras decisiones determinan nuestro destino. Los deseos no determinan nuestro destino. Los anhelos no hacen realidad los sueños. No obstante, las decisiones determinan nuestros sueños y nuestros deseos.

Todos los días tomamos decisiones. A veces ni siquiera nos damos cuenta que las estamos tomando. Levantarse de la cama en la mañana es una decisión. ¡Para muchas personas esto de por sí ya es un milagro! Pero para la mayoría de nosotros es una opción a la cual no le dedicamos nuestra consideración. Ir al trabajo es una decisión. Casarse es otra elección. Las decisiones son un aspecto diario de la vida, pero muy pocas personas prestan poca o ninguna atención a las decisiones que toman y como resultado no viven la vida que realmente quieren vivir. Al contrario, viven la vida que la falta de decisión o la casualidad escogen para ellos. Lo que usted escoja es lo que determina su conducta, su situación financiera, y sus amigos.

Para ir en pos de oportunidades en la vida y maximizar su potencial, debemos ser personas de decisión. La historia está llena de personas que han estado frente a frente a las oportunidades. Muchos han tomado excelentes decisiones. Sin embargo, algunos han tomado decisiones pobres y han tenido que soportar las consecuencias. Los manuscritos de la película y del libro; Lo que el viento se llevó al principio, fueron rechazados. Aquellas fueron decisiones mal tomadas. El Titanic es otro ejemplo famoso de una serie de decisiones ridículas y desastrosas por las cuales muchos pagaron el precio final.

Todos somos responsables de nuestro comportamiento. cuando lo elegimos decidimos las consecuencias de la vida. Cuando aceptamos esta ley dejamos de ser evasivos y de preguntarnos por qué nuestra vida es como es. Ahora bien, es probable que usted diga, "Espere un minuto, eso me dolió. Yo he enfrentado un divorcio. He tenido fracasos en los negocios. Yo he..." Esa puede ser la situación. ¿Es usted el responsable de esas heridas? NO. ¿Es usted responsable de todos esos sucesos? SÍ.

Sin importar lo que sea que haya sucedido y cuáles sean las circunstancias, debemos aceptar que nuestras decisiones determinarán el resultado de nuestra vida. Y sea que decidamos aceptarlo o no, nosotros somos los dueños de nuestros sentimientos, son nuestros y de nadie más. Sentirnos como nos sentimos, vivir como vivimos, es una decisión única y exclusivamente que hacemos cada uno de nosotros. Necesitamos aprender a decidir "mejor" de modo que podamos vivir "mejor" y tengamos "mejores" resultados.

Si a mi no me gusta mi trabajo, necesito tomar la decisión correcta. Si no me siento contento con mi peso, necesito tomar la decisión correcta. Si yo no confío en las personas, necesito tomar la decisión de construir la confianza. Si no soy feliz, pued0 elegir cambiar.

martes, 8 de agosto de 2017

¿Cuál es tu legado?


Muchas personas se suben al escenario de la vida y sienten que no saben su papel, experimentan confusión, frustración, miedo o vergüenza. Cuanta confianza da conocer el argumento, ¡saber hacia donde se dirige la historia! Ese conocimiento crea emoción, anticipación y una sensación de seguridad que producen excitación e incluso júbilo en medio del cambio. El entrenador John Wooden en su cumpleaños número 96, por qué a su edad se sentía tan entusiasta y emocionado respecto a la vida. Él contestó: El momento en que tu pasado se convierte en algo más emocionante que tu futuro, es el día en que comienzas a morir.

Entender quién eres y qué quieres crea armonía en tu vida. Sin ella, es como tratar de conectarte con la música cuando eres desafinado. Así que empieza con la claridad como objetivo. Cuando sabes quién eres, lo que quieres tiende a aparecer naturalmente. Como dijo Frances Hesselbein: El servicio a los demás y una pasión por tu propia misión y trabajo crean una poderosa sinergia. Se trata de ver cómo tus fortalezas y pasiones se alinean con las necesidades que ves y están en posición para ser descubiertas.

Lo que haces por ti mismo, desaparece cuando no estés... lo que haces por los demás, permanece como tu legado para la eternidad.

lunes, 7 de agosto de 2017

Para cambiar necesitamos salir de nuestra zona de confort.

¿Cuántas veces se ha fallado a sí mismo en compromisos de cambio que hizo en año nuevo? ¿Cuántas veces le ha prometido a un ser querido que va a cambiar pero no hace nada al respecto? Posiblemente, la respuesta sea, muchas veces. Hay varios obstáculos que impiden el cambio, nuestros hábitos, nuestra formación, nuestras creencias, entre otros.

A un rey le regalaron dos águilas, una volaba lindo, pero la otra se mantenía en la rama de un árbol. El rey estaba desesperado por hacer volar su águila. Contrató a todos los expertos del reino pero ninguno pudo lograr que el águila despegue. El rey entonces dio una recompensa al ciudadano que pudiera resolver el problema. Un día vino una persona humilde del campo y le dijo que podría hacerla volar. Pasaron unos pocos minutos y el águila ya estaba volando en el cielo. El rey muy agradecido le dio la recompensa y le preguntó: ¿Cómo lo hizo? El campesino respondió: “Muy fácil, le corté la rama del árbol y no tuvo otra opción que volar”.

Lo mejor es que nosotros mismos lo hagamos, antes que la vida nos corte la rama y tengamos que hacerlo. Tomar conciencia y digerir nuestra sensación de pérdida inconsciente nos impulsa a volar.


Reflexione sobre lo que quisiera cambiar como persona. Luego piense en cuál sería su pérdida. Evalúe en qué medida es una pérdida real o en qué medida está sobrestimando las consecuencias.