Había una vez unos animales que decidieron que debían hacer algo para enfrentar heroicamente los problemas de un nuevo mundo, así que organizaron una escuela.
Adoptaron un programa activo que consistía en correr, escalar, nadar y volar. Para facilitar la administración del programa de estudios, todos los animales cursaban todas las materias.
El pato era excelente en natación, de hecho mejor que su instructor, pero a penas podías pasar la materia de vuelo y era bastante malo para correr. Como era lento en las carreras, debía quedarse después de la escuela y también dejó la natación para poder practicar la que se le dificultaba.
Esto continuó hasta que sus patas con membrana se desgastaron, y se convirtió en alumno promedio de la materia de natación. Pero debido a que las clasificaciones regulares eran aceptables en la escuela, nadie se preocupó por ello (excepto el pato).
El conejo empezó como el primero de su clase en carrera, pero tuvo un colapso nervioso debido al intenso trabajo de entrenamiento en natación.
La ardilla era excelente para escalar hasta que se frustró en la clase vuelo, ya que su maestro la obligó a arrancar desde el suelo en vez de hacerlo desde la punta de un árbol. También sufrió de dolor de caballo por el exceso de ejercicio y obtuvo un 7 en la materia de escalar y un 6 en la de correr.
El águila era una alumna problema y fue disciplinada severamente. A la hora de escalar, llegó antes que los demás a la punta del árbol, pero insistió en usar su propio camino. Finalmente fue expulsada por ser tan conflictiva.
Es fácil verse seducido por las promesas de ¡Tú puedes tenerlo todo! ¡Tú puedes hacer todo! Sin embargo, es más sensato conservar una perspectiva realista y recordar las palabras de ese gran filósofo que es Clint eastwood, quien dijo en la película Harry, el sucio: "Un hombre tiene que conocer sus limitaciones". Tú eres más eficiente cuando te entregas a actividades en las que eres hábil, pues tu cerebro está programado de esa manera. Puedes desperdiciar tiempo, dinero y energía buscando objetivos poco realistas, en lugar de hacerle caso a lo que todo buen carpintero diría sobre cuánto más fácil es trabajar con la veta de la madera, en vez de hacerlo en su contra.
No abandones tus sueños, pero asegúrate de que al final puedan realizarse con los talentos y el potencial con el que ya cuentas.