A medida que crecemos, a muchos de nosotros nos
enseñan que “es mejor dar que recibir”. Sin embargo, es
necesario dar y recibir para mantener el flujo del amor,
la dicha, y la abundancia circulando en nuestras vidas.
Como ejemplo muy sencillo, cada vez que inhalamos,
estamos aspirando el oxígeno dador de vida que
producen las plantas y los árboles, y cuando exhalamos,
devolvemos dióxido de carbono que a su vez nutre a la
plantas y a los árboles.
Al recibir, estamos dando. Piensa en toda la dicha que
sientes cuando das de corazón y puedes experimentar la
dicha ocasionada por admirar la felicidad del destinatario.
Imagina cómo te sentirías si rechazaran tu regalo... si
detuvieran el flujo de energía.
En el nivel más profundo, dar y recibir son lo mismo:
distintas caras del mismo flujo de energía en el universo.
Si te causa conflicto recibir regalos, ayuda, halagos o
cualquier otra cosa, ten en cuenta las palabras de uno de
los seres más generosos e iluminados que haya existido,
el Buda, quien dijo:
Puedes buscar por todo el universo, y no encontrar un
solo ser más merecedor de tu amor y afecto que tú,
y no encontrarás a esa persona en ninguna parte. Te
mereces tu amor y afecto, tanto como cualquier otra
persona en todo el universo.