De las líneas de Robin Sharma, uno de mis mentores favoritos, me llama poderosamente la atención su sugerencia de mirar nuestro día como si fuera nuestra vida entera. Tiene mucho sentido, ya que como dice Emerson, "Los días vienen y van como figuras esbozadas y veladas enviadas desde una partida distante y amiga, pero no dicen nada, y si no usamos los dones que ellas nos traen, vuelven a llevárselos también en silencio".
Tal como vives tus días, así vivirás tu vida. Es fácil caer en la trampa de pensar que el día presente no importa demasiado porque están otros días por venir. Pero una gran vida no es sino una serie de grandes días bien vividos unidos para formar un hermoso collar de perlas. Cada día cuenta y contribuye a al a calidad del resultado final. El pasado se ha ido, el futuro es una ficción, de manera que el presente es lo único que de verdad tenemos. Debemos invertirlo con buen juicio.
Nuestra vida no es un ensayo general. Las oportunidades perdidas raramente vuelven a presentarse. Hoy mismo, te desafío a que te prometas vivir con más pasión y multiplicar el compromiso con el que abordas cada uno de los días que seguirán al presente. Muchas personas creen que se necesitan meses y años para cambiar la vida, pero yo, respetuosamente, discrepo. Uno cambia su vida en el momento en que decide desde el corazón ser un humano mejor y más entregado. Para lo que sí necesitas meses y años es para el esfuerzo que debes aplicar en mantener esa decisión. Y la mejor decisión para cambiar de vida que puedes tomar es la de vivir cada momento plenamente.
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