¿He soñado suficientemente?, ¿He vivido plenamente?, ¿He aprendido a desprender?, ¿He amado bien?, ¿He pisado con cuidado esta tierra y la dejo mejor que antes?, estas son algunas de la preguntas que debemos hacernos a lo largo de nuestra vida, ya que no recibimos de ella lo que queremos, sino lo que somos, y que una vida grandiosa no viene de lo que recibimos, sino de lo que damos.
He aquí algunos pasos para alcanzar los objetivos que te propongas:
- Estate alerta: Todos los días, la vida te abrirá pequeñas ventanas en forma de oportunidad. Tu destino quedará definido por cómo respondas a dichas oportunidades. Pequeñas decisiones conducen a grandes consecuencias, no existen los días poco importantes.
- Coopera: mientras persigues el éxito, no te apartes del compromiso de elevar las vidas de la gente que te rodea y dejar a tu paso un mundo mejor que el que encontraste.
- Insiste: Resulta sorprendente lo lejos que se puede llegar insistiendo en algo lo suficiente. La mayoría de la gente se rinde demasiado pronto, porque sus temores son más fuertes que su fe.
- Felicítate: Definir tus objetivos es un acto de heroísmo, porque estás intentando sacar a la luz el potencial que llevas dentro.
- Piensa: Cada mañana, pregúntate cómo actuarías si ese fuera el último día de tu vida. Es un método profundo para llevar cierto sentido de urgencia y compromiso a tu vida.
- Corre riesgos: La verdadera alegría llega cuando te dejas la piel y te arriesgas. Desde luego, te equivocas más; pero sin duda el éxito llamará a tu puerta más a menudo.
No permitas que el temor a fracasar te llegue a inmovilizar...
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