Una de las virtudes que más admiro en las personas es la humildad. "El árbol que da más fruto, es el que se inclina hacia la tierra". Aunque hay algunas excepciones, las personas que saben más, que han conseguido más y que han vivido plenamente, son también las más cercanas al suelo. En una palabra son humildes.
Hay algo especial en estar en presencia de una persona humilde. Practicar la humildad demuestra que respetas a los demás y te recuerda que todavía queda mucho por aprender. Envías una señal a quienes te rodean que les dice que estas abierto a recibir el regalo de su conocimiento y a escuchar lo que tienen que decir.
Observando a los grandes líderes, esos que admiramos por haber dejado un legado valioso y una huella imborrable, como Jesús, el mejor ejemplo de humildad, al lavarle los pies a sus apóstoles, Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, entre otros, eran caracterizados por su humildad.
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